Cocinar es un arte y mucha gente está interesada en saber cómo cocinar, sobre todo, si es una buena carne. Por ello, y para que saques el mejor provecho a la carne que compres hemos preparado una guía en la que os explicamos los tipos de cocción para la carne, así como estas técnicas afectan a su sabor, textura y preparación.
Existen muchas formas distintas de cocinar la carne (cocción, fritura, al vapor, etcétera), cada una con sus ventajas e inconvenientes. Y es que no es lo mismo preparar un cordero, unas costillas de cerdo o una pechuga de pollo, por poner algunos ejemplos.
Por todo ello, vamos a analizar las diferentes técnicas de cocción, las clases de carne que existen y una serie de consejos para que aprovechéis mejor las carnes la próxima vez que las preparéis.
Tipos de cocción de carne: ¿Cuáles son?
Los tipos de cocción de la carne más conocidos y populares son a la brasa o parrilla, el asado, el estofado, al vapor y en una sartén o frito, pero hay algunos más. A continuación, los explicamos en detalle en función de sus tiempos, temperatura y técnicas.
Asado:
Asar es un método de cocción con calor indirecto. El alimento se coloca en el horno y se rodea de aire caliente, lo que ayuda a cocinarlo lentamente. El asado es ideal para cortes de carne grandes y gruesos, ya que requiere más tiempo de cocción que la parrilla.
De hecho, el horno es el lugar donde se suele asar las carnes con una temperatura alta y constante, normalmente a más de 200º y por tiempos superiores a 20-25 minutos, según el tipo de carne.
Puedes utilizar este método para filetes, chuletas, pollo o pescado. Es importante recordar que a la hora de asar, el tiempo de cocción dependerá del grosor de la carne y el acompañamiento que lleve (patatas y/o verduras).
Aunque se pueden asar carnes de ave como pavo y pollo, el asado es ideal para cortes grandes de carne, como filetes o costillas. Al cocinar la carne de esta manera, se crea una costra exterior que encierra los jugos en el interior de la carne, lo que la hace más tierna y sabrosa.
El resultado es una carne crujiente por fuera y jugosa por dentro. Eso sí, ten cuidado con no calentar o quemar la piel o el exterior y no dejar muy tierno el interior.
Estofado:
El estofado es una técnica de cocción que consiste en cocinar cualquier clase de carne en líquido a fuego lento durante bastante tiempo. Se parece al asado, pero se suelen hacer en ollas y cacerolas en cocinas de inducción, de gas o vitrocerámica.
Esta técnica es ideal para cortes más duros de carne, como el guiso de res. Al cocinar la carne en líquido, se ablanda y se vuelve más tierna.
El estofado se parece a un guiso, aunque no todos los guisos son estofados. Ambos son una cocción lenta que puede durar más de una hora. Los estofados suelen ser solo de carne tapado de forma hermética en un recipiente tipo olla.
En cambio, el guiso suele ser un cocido de carne e incluye otros ingredientes y alimentos como verduras y/o patatas. Lo bueno de esta técnica es que los jugos de la carne se mezclan con el líquido de cocción, lo que produce un sabor muy rico y profundo.
No obstante, hay mucha gente que prefiere preparar la carne estofada por un lado y el acompañamiento por otro, por ejemplo, patatas cocidas o fritas.
Parrilla o brasa
La parrilla es una técnica de cocción muy popular, especialmente durante el verano. La carne se cocina directamente sobre una llama abierta o sobre brasas calientes.
La parrilla es ideal para todo tipo de cortes de carne: desde pequeños trozos como hamburguesas, chorizos y salchichas a ristras de costillas para alimentar a todo un grupo de amigos.
Este tipo de cocción destaca por dejar un sabor ahumado a la carne que le da un sabor muy rico. El inconveniente es que se tarda en preparar y que hay que tomar en el momento ya que se enfría muy rápido.
Por otro lado, hay que tener cuidado de no quemar demasiado la carne.
Freír y a la plancha
La fritura es una técnica de cocción en la que la carne se cocina en aceite caliente como el AOVE, aunque también se puede usar aceite de girasol o mantequilla, todo un clásico en otros países.
Esta técnica es ideal para carnes más delgadas, como el pollo o el pavo. Al freír la carne, se crea una capa exterior crujiente y dorada que rodea la piel exterior, por lo que hay que tener en cuenta el tiempo de cocción y darle vueltas cada poco tiempo.
Lo malo de este sistema es la grasa del aceite, sobre todo si se usa mucho, por lo que debe consumirse con moderación.
Una recomendación: mucha gente desconoce que el AOVE es perfecto para la fritura ya que no se quema y aguanta bien el punto de humo.
Por otro lado, también se puede freír a la plancha usando unas cuantas gotas de aceite en una sartén. Este sistema es parecido a la fritura, pero hay que tener en cuenta que puede quemar la carne si es muy fina, por ejemplo, una pechuga o filete de pollo.
Freír a la plancha es una de las formas de cocción más sanas de todas.
Cocción al vapor
La cocción al vapor es un método de cocinar alimentos con vapor caliente. Se realiza en una vaporera o en una olla con agua hirviendo y una tapa. Lo ideal y más rápido es usar un envase que se pueda meter en un microondas y cocinar en cuestión de pocos minutos.
Este sistema sirve para cocinar patatas y mucha gente lo usa para hacer tortillas de patatas sin recurrir al aceite, lo malo es que no quedan tan bien como en la sartén. En cuanto a la carne, se puede usar para carnes suaves.
Lo ideal es no abusar del tiempo (no más de 10 minutos a máxima potencia, nunca más de 1.000W) y combinar con los modos grill y normal.
Este tipo de cocción es ideal para alimentos delicados o frágiles, ya que el vapor ayuda a evitar que se quemen o se cocinen demasiado. También es ideal para descongelar marisco.
Consejos para cocinar carne
No todas las carnes se cocinan por igual, por lo que es importante tener en cuenta las siguientes claves:
- La cocción al vapor requiere agua hirviendo y una tapa, y es ideal para alimentos delicados o frágiles, ya que ayuda a protegerlos de quemaduras o de una cocción excesiva.
- Al asar carne es importante recordar que el tiempo de cocción dependerá del grosor de la carne. No conviene abusar de los tiempos y es recomendable comprobar cada pocos minutos, sobre todo, si estamos estofando, asando o guisando.
- Es importante sazonar las piezas en función del tipo, tamaño y grosor del corte. También es importante cortar los alimentos en trozos del mismo tamaño para asegurarse de que se cocinan correctamente.
- A la hora de estofar, es necesario dorar primero la carne en aceite y luego añadir caldo, vino o consomé.
Y con estos consejos y claves acabamos este artículo sobre los distintos tipos de cocción de carne que esperamos que os haya gustado. Así, podréis conseguir un mejor resultado a la hora de preparar tus comidas.
Y es que cualquier cocinillas o apasionado de la cocina debe saber cocinar y dominar estas técnicas culinarias para sacarles el máximo provecho y preparar platos para chuparse los dedos.
Esperamos que os haya gustado este artículo y os recordamos que cada semana tenéis en nuestro Rincón del Gourmet artículos actualizados con el contenido más interesante del sector gastronómico.